El trastorno bipolar, antes denominado psicosis maníacodepresiva, es una enfermedad crónica y recurrente en la que se producen oscilaciones caracterizadas por períodos de elevación del estado de ánimo (hipomanías o manías) o bien episodios mixtos y períodos de depresión. Dichas fases se alternan con épocas en que el paciente no presenta sintomatología afectiva (eutimia). Tanto la intensidad como la frecuencia de dichas oscilaciones varían de una persona a otra.
La prevalencia a lo largo de la vida de la forma clásica del trastorno se sitúa en alrededor del 1,6%. Se ha estimado una prevalencia aún más elevada, de un 4%, si se incluyen las formas leves de la enfermedad.
La prevalencia a lo largo de la vida de la forma clásica del trastorno se sitúa en alrededor del 1,6%. Se ha estimado una prevalencia aún más elevada, de un 4%, si se incluyen las formas leves de la enfermedad.
La edad en que más frecuentemente se manifiesta el trastorno bipolar se sitúa alrededor de los 20 años. No obstante, el inicio de la enfermedad puede producirse en cualquier etapa de la vida, incluso en la infancia y en la tercera edad. El inicio tardío tiende a asociarse al uso de determinados fármacos así como a factores orgánicos.
Aunque no parecen existir grandes diferencias, la proporción de trastorno bipolar en función del sexo, según algunos hallazgos, parece ser discretamente más frecuente en las mujeres que en los varones. Se ha observado que las mujeres presentan menos episodios maníacos y más episodios depresivos que los hombres y un mayor riesgo de ciclación rápida.
Aunque no parecen existir grandes diferencias, la proporción de trastorno bipolar en función del sexo, según algunos hallazgos, parece ser discretamente más frecuente en las mujeres que en los varones. Se ha observado que las mujeres presentan menos episodios maníacos y más episodios depresivos que los hombres y un mayor riesgo de ciclación rápida.
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