Intérpretes: Lily-Rose Depp, Nicholas Hoult, Bill Skarsgård, Aaron Taylor-Johnson, Emma Corrin, Willem Dafoe, Ralph Ineson, Simon McBurney, Stacy Thunes, Paul A Maynard, Adéla Hesová, Milena Konstantinova
Argumento: Bram Stoker (novela "Drácula"), Henrik Galeen (película de 1922)
Thomas y Ellen Hutter son una pareja de recién casados, muy enamorados, temporalmente separados cuando a él le encomiendan tratar en persona con el conde Orlov en Transilvania la compra de una casa en Alemania. Ellen se queda al cuidado del matrimonio amigo de Friedrich y Anna Harding, lo que no impide que vuelvan a ella extraños sueños del pasado, diagnosticados por su médico como melancolía e histerismo, pero podrían tener con prácticas oscuras, en las que una criatura diabólica y vampírica desea contraer nupcias eternas con ella. Es lo que piensa el reputado profesor Albin Eberhart von Franz, condenado al ostracismo por los académicos universitarios, cuando intuyó que hay cosas que no puede explicar la ciencia, y se aficionó a la alquimia y al ocultismo.
Otra vuelta de tuerca muy clásica, muy moderna y muy terrorífica al cine vampírico, donde Robert Eggers, director y guionista, rinde personalísimo homenaje a su amor al clásico mudo del expresionismo alemán Nosferatu de F.W. Murnau con el icónico Max Schreck, que a su vez se inspiraba en la novela “Drácula” de Bram Stoker, lo que le acarreó numerosos problemas legales en la época. Sorprende la fuerza narrativa del relato, con personajes muy sólidos y diálogos sobrios y primorosamente escritos, la agilidad con que discurre todo, y la formidable e inquietante atmósfera envolvente creada para la ocasión. Y manteniendo su aire de relato gótico y su romanticismo de época, con erotismo y violencia estilizados, hay algo de puesta al día, el cineasta nos sirve un cuento de advertencia muy actual, sobre la fe ciega en la ciencia y algunas de su trágicas consecuencias, al no querer ver más allá de lo que se puede ver y medir. Otra cosa que llama la atención es cómo se subraya la conexión de los vampiros con el demonio y las posesiones diabólicas, donde previamente puede haber antes tentaciones más convencionales, que prometen poder y placer.
Quizá uno de los grandes logros del film, es el equilibrio entre la puesta en escena –la búsqueda de crear imágenes muy concretas, a veces próximas al blanco y negro, jugando al claroscuro y los efectos de la niebla, con cierto aire de irrealidad, junto al maquillaje del conde, el vestuario, la partitura musical y el sonido...– y el trabajo actoral, con personajes que se quieren, aunque de modos distintos, está ese deseo lujurioso y posesivo de Orlov hacia Ellen, frente al amor puro que ella ha encontrado en Thomas, y el amor doméstico de Friedrich y Anna, con dos hijitas y otro en camino, y luego la búsqueda intelectual y a través de la fe del conocimiento, que representan diversos personajes, o del mejoramiento profesional y del bienestar... Estamos ante uno de esos filmes ricos en que el reparto al completo podría ser premiado, lo hacen muy bien Lily-Rose Depp, Nicholas Hoult, Bill Skarsgård, Aaron Taylor-Johnson, Emma Corrin,Willem Dafoe y Ralph Ineson.
Insisto en que es una de las mejores películas de terror de los últimos años, que juega maravillosamente con la luz, y que crea ambientes diversos en Alemania y Transilvania, en la ciudad y en la montaña, con imágenes fantasmagóricas como el carruaje sin cochero, el juego de las ratas y la simbólica peste que traen consigo, el recibimiento de Thomas por los gitanos, los ritos de exorcismo, el uso del fuego purificador, o la esperanza en un amanecer liberador. Todo es poderoso y potente.
Intérpretes: Lily-Rose Depp, Nicholas Hoult, Bill Skarsgård, Aaron Taylor-Johnson, Emma Corrin, Willem Dafoe, Ralph Ineson, Simon McBurney, Stacy Thunes, Paul A Maynard, Adéla Hesová, Milena Konstantinova
Argumento: Bram Stoker (novela “Drácula”), Henrik Galeen (película de 1922)
Guión: Robert Eggers
Música: Robin Carolan
Fotografía: Jarin Blaschke
Producción: Robert Eggers, Jeff Robinov
Distribuye en cine: Universal
Thomas y Ellen Hutter son una pareja de recién casados, muy enamorados, temporalmente separados cuando a él le encomiendan tratar en persona con el conde Orlov en Transilvania la compra de una casa en Alemania. Ellen se queda al cuidado del matrimonio amigo de Friedrich y Anna Harding, lo que no impide que vuelvan a ella extraños sueños del pasado, diagnosticados por su médico como melancolía e histerismo, pero podrían tener con prácticas oscuras, en las que una criatura diabólica y vampírica desea contraer nupcias eternas con ella. Es lo que piensa el reputado profesor Albin Eberhart von Franz, condenado al ostracismo por los académicos universitarios, cuando intuyó que hay cosas que no puede explicar la ciencia, y se aficionó a la alquimia y al ocultismo.
Otra vuelta de tuerca muy clásica, muy moderna y muy terrorífica al cine vampírico, donde Robert Eggers, director y guionista, rinde personalísimo homenaje a su amor al clásico mudo del expresionismo alemán Nosferatu de F.W. Murnau con el icónico Max Schreck, que a su vez se inspiraba en la novela “Drácula” de Bram Stoker, lo que le acarreó numerosos problemas legales en la época. Sorprende la fuerza narrativa del relato, con personajes muy sólidos y diálogos sobrios y primorosamente escritos, la agilidad con que discurre todo, y la formidable e inquietante atmósfera envolvente creada para la ocasión. Y manteniendo su aire de relato gótico y su romanticismo de época, con erotismo y violencia estilizados, hay algo de puesta al día, el cineasta nos sirve un cuento de advertencia muy actual, sobre la fe ciega en la ciencia y algunas de su trágicas consecuencias, al no querer ver más allá de lo que se puede ver y medir. Otra cosa que llama la atención es cómo se subraya la conexión de los vampiros con el demonio y las posesiones diabólicas, donde previamente puede haber antes tentaciones más convencionales, que prometen poder y placer.
Quizá uno de los grandes logros del film, es el equilibrio entre la puesta en escena –la búsqueda de crear imágenes muy concretas, a veces próximas al blanco y negro, jugando al claroscuro y los efectos de la niebla, con cierto aire de irrealidad, junto al maquillaje del conde, el vestuario, la partitura musical y el sonido…– y el trabajo actoral, con personajes que se quieren, aunque de modos distintos, está ese deseo lujurioso y posesivo de Orlov hacia Ellen, frente al amor puro que ella ha encontrado en Thomas, y el amor doméstico de Friedrich y Anna, con dos hijitas y otro en camino, y luego la búsqueda intelectual y a través de la fe del conocimiento, que representan diversos personajes, o del mejoramiento profesional y del bienestar… Estamos ante uno de esos filmes ricos en que el reparto al completo podría ser premiado, lo hacen muy bien Lily-Rose Depp, Nicholas Hoult, Bill Skarsgård, Aaron Taylor-Johnson, Emma Corrin,Willem Dafoe y Ralph Ineson.
Insisto en que es una de las mejores películas de terror de los últimos años, que juega maravillosamente con la luz, y que crea ambientes diversos en Alemania y Transilvania, en la ciudad y en la montaña, con imágenes fantasmagóricas como el carruaje sin cochero, el juego de las ratas y la simbólica peste que traen consigo, el recibimiento de Thomas por los gitanos, los ritos de exorcismo, el uso del fuego purificador, o la esperanza en un amanecer liberador. Todo es poderoso y potente.